Fiesta de despedida al Ing. Bonoli, Enero de 1931 - Villa Regina


DIARIO "LA PATRIA DE LOS ITALIANOS" Buenos Aires

LA FIESTA DE DESPEDIDA AL GERENTE DE LA COMPAÑÍA ITALO-ARGENTINA DE COLONIZACIÓN INGENIERO FILIPPO BONOLI, EN LA COLONIA REGINA.

Publicamos un recorte del diario "La Patria Degli Italiani", especialmente dedicado a los colonos italianos de Villa Regina:

25 FEBRERO 1931 - Basado en la sincera espontaneidad, tuvo lugar en las instalaciones de la Sociedad Italiana "FAI", con la intervención de casi todos los colonos la fiesta de despedida previamente anunciada, en honor al gerente de la Cia. Italo Argentina de la colonización Ing. Bonoli, fundador de la Colonia, que durante casi cinco años ha dirigido el destino, llevándola a ese grado de desarrollo que es orgullo para la Compañía, para los italianos y para el territorio del Río Negro.

Desde la ciudad cercana de Allen, arribó expresamente invitado, el Regio Agente Consular Ing. Francesco Guarnieri, y de otros lugares vinieron varias personas vinculadas a la Colonia.

Se tomaron numerosas fotografías como recuerdo de la fiesta y no faltaron discursos, incluidos los del Sr. Grifoni y de los colonos Primo Raineri y Giovanni Battista Viberti.

El Sr. Grifoni dijo: "Me uno a ustedes en este hermoso y gran evento en honor del Ing. Bonoli con motivo de su partida a Buenos Aires, donde debe hacerse cargo de la administración de la Compañía.

Recuerdo cuando, hace cuatro años y medio, junto con nuestro compañero Gregorio Rucabila, llegamos a este paraje. ¡Qué desolación! ¡Qué tristeza! A primera vista no podías distinguir entre arbustos y tierras áridas, que parecían estar esperando la mano del artífice. Y a la distancia de poco tiempo todo ha cambiado, todo es verde, todo es vegetación, todo está sonriendo, todo es vida. Los pájaros mismos con sus notas armoniosas parecen estar celebrando. Dispersos en esta área fértil, vemos cientos de casas blancas, en cada una de las cuales una familia trabaja desde la tarde hasta la noche, una chacra y espera con confianza un feliz futuro, que no puede faltar a los buenos y  trabajadores. La madre que cría a sus pequeños para encaminarlos en la vida del trabajo y la honestidad. La nona que les cuenta a sus nietos sobre los sucesos de una vida pasada en su hogar.

¡Una mirada a nuestro alrededor! Un pequeño pueblo sonriente que nace y que sin duda un mañana será uno de los lugares más prósperos de la zona. También vemos varias asociaciones a nuestro alrededor que son de un soporte válido para nosotros.
La iglesia que con el sonido de la campana por la mañana reúne a los fieles y nos recuerda a nuestra querida patria lejana.

Y todo esto es el trabajo de Ing. Bonoli, él el ideólogo, él el infatigable artífice que se inclinó sobre su banco de trabajo, ha demostrado ser digno del lugar que ha ocupado hasta hoy.

En la persona de ing. Bonoli no tuvimos un gerente, sino un padre de familia que siempre nos recibía con una sonrisa en la boca como un padre contiene a sus hijos. En cada desastre él siempre acudió y junto con su amable señora han sido dos ángeles de bondad y consolación.

A ustedes colonos que son guardianes de su tierra, que se inclinan bajo los rayos abrasadores del sol, arrancan las hierbas malvadas y los insectos perniciosos, un deber se cierne sobre usted y sus familias ".

Un largo aplauso saludó las hermosas palabras del señor Grifoni, luego habló el colono Giovanni Battista Viberti, quien con hermosas frases incisivas, expresándose en español, dijo que había aceptado la tarea de hablar en nombre de la Comisión organizadora de la fiesta, no porque lo consideraran más digno, sino porque sabían que hablaría con claridad. Porque esta reunión es una manifestación y una declaración al mismo tiempo. "Demostramos al Ing. Bonoli, para toda Colonia y para todo el Valle, lo que se piensa de Villa Regina y cómo nuestro trabajo, nuestras convicciones, nuestras luchas están estrechamente unidas a las luchas, a las convicciones, al trabajo de la Compañía. Es nuestro acto de fe, que incluye nuestras ansiedades, nuestras esperanzas, el sueño de nuestro futuro, que es nuestra tierra, la pequeña chacra que podremos dejar a nuestros hijos, fertilizada por nuestro sudor, para que no tengan que sufrir nuestro doloroso vía crucis, para que no tengan que ir vagando de ciudad en ciudad, reprimidos por la siniestra falange de explotadores que bebían nuestra sangre, que explotaban nuestro trabajo y luego nos arrojaban a la calle como un instrumento antiguo e inútil.”

Y el orador continuó con una fuerza cada vez mayor insistiendo sobre la paz y la seguridad de la vida en esta colonia, "donde finalmente los campesinos sienten que son hombres, donde el trabajo es bendecido, insinuando el profundo dolor de todos los corazones por la partida del Ing. Bonoli, que era un  amigo y era un padre, quien  no podrá olvidar este valle, que se transformó bajo su dirección en un campo floreciente, verdaderos jardines llenos de flores y óptimos de frutas y en su nueva residencia en el alto puesto que le espera por sus méritos, recordará a estos nuevos hijos amados y no olvidará  los esfuerzos por ser siempre útiles para nosotros".

Un estallido de aplausos saludó el hermoso discurso y cuando se hizo nuevamente silencio, tomó la palabra el colono Primo Raineri, que como antiguo poblador, acostumbrada a las luchas y reveses de la fortuna, declaró tener fe en que la obra de Ing. Bonoli  que será continuará por los sucesores porque siempre las grandes obras iniciadas por los italianos, a pesar de las críticas y los contra tiempos, han triunfado magníficamente.

El orador invitó a sus compañeros a no desanimarse y luchar con consciencia y con serena firmeza, para reforzar las bases del futuro de sus hijos, luchando como viejos legionarios  de la tierra, con fe y con amor.

Concluye deseando al Sr. Bonoli todo el bien, la fortuna y  muchos años de vida para ver los resultados finales de su trabajo.

Durante los discursos, muchos fueron los aplausos para el Ing. Bonoli y para su distinguida señora ante el sincero arrepentimiento de los colonos que se manifestaron en sus expresiones, en las emocionadas palabras, ya que en el Ing. Bonoli ellos veían más que el Gerente, el confidente, el amigo, el timonel.

Ing. Bonoli respondió con palabras cortas asegurando a los colonos que incluso desde Buenos Aires no habría interrumpido su trabajo a favor de la Colonia.

Luego se cantaron varias canciones regionales en honor al homenajeado y, entre otras cosas, fue aplaudidísimo  el coro dirigido por el colono Giorgio Bonelli, encargado de un grupo de Trentino, que recibió un aplauso prolongado.

A propuesta de la Comisión organizadora se enviaron dos telegramas que reproducimos, uno al Presidente de la Compañía, el Dr. Ernesto Aguirre y el otro al Ministro de Agricultura.

Luego continuó con un espectáculo cinematográfico en el gran salón de la "FAI", ya pequeño para la población de la Colonia y un baile muy animado que duró hasta altas horas de la noche.

Aquí está el texto de los telegramas enviados:

Doctor Ernesto Aguirre, Argentina de Colonización, Buenos Aires. “Los colonos de Colonia Regina, que suscriben reunidos hoy para demostrar su agradecimiento al ingeniero Bonoli, con motivo de su traslado a es desean hacer llegar a la Compañía que Vd. dignamente preside su completa adhesión por la obra desarrollada en ésta y que apreciamos por habernos permitido adquirir un pedazo de tierra sobre la cual concentramos todas nuestras esperanzas para el porvenir de nuestras familias”.

Señor Ministro de Agricultura de la Nación . Bs. Aires. “Los colonos de Colonia Regina reunidos para demostrar su agradecimiento al Gerente de la Compañía Italo-Argentina de Colonización ingeniero Felipe Bonoli por su obra en favor de los agricultores inmigrados que mediante apoyo de la Compañía han podido formar más de cuatrocientos hogares en este generoso país, desean hacer llegar por su intermedio al Exmo. Señor Presidente de la República Doctor Hipólito Yrigoyen cuya obra fecunda en favor de los trabajadores es universalmente reconocida, sus sentimientos de admiración y devoción”.

Ambos telegramas llevan las siguientes firmas:

Antinori, Baleani Luis, Ballester Matías, Barbisan Juan, Barnaba Antonio, Barriga Roberto, Benatti Ettore, Beneventi José, Berola Luis, Bianco Corripio Jose, Biggi Pedro, Bonelli Giorgio, Bontorno Pablo, Borando Pedro, Caporalini José, Ciminelli Emiliano, Ciuccoli Nazareno, Corbera Francisco, Cragnolini Antonio, Dabellis José, Dalsasso Gioacchino, Domini Filiberto, Domini Guido, Fiordelli Alfonso, Fiordelli Settimio, Framarin Francisco, Gargini Gargino, Giovannini Alberto, Gracia Casimiro, Grifoni Hector, Iogna Pedro, Lascialanda Antonio, Lorenzini Isidoro, Martinoli Attilio, Moschini Luis, Mich Juan, Montibeller José, Muner Vicente, Pacher Abramo, Passamonti Fortunato, Paron Lodovico, Ongaro Fioravanti, Perazzoli Enrique, Pesce Alfonso, Pesce Baldasar, Pesce Vicente, Picotti Jaime, Poli Domingo, Potes Miguel, Ragazzini Carlos, Raineri Alejandro, Rigato Eugenio, Rigoni Antonio, Rigoni Luis, Rossati Guido, Rossi Angelo, Rossina Cassiano, Rucabila Gregorio, Scalco Santo, Scaletta Pablo, Seber Umberto, Sepulcri Marcelino, Sferco Blas, Spurio Felipe, Tassile Valentino, Tusset Nicolás,  Vecchi Eugenio, Vecchi Francisco, Vertua Francisco, Viberti Juan B., Zampa Giobatta, Zanaria Luis, Zanini Santo, Zanotti Fragonara Luigi, Zovich Antonio. (75)

Fuente: Artículo publicado en el Diario “El Ciudadano”, 7 de noviembre de 1961.

Traducción: Walter Ventura

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